Por Roberto Darío Aldás
La palabra extraordinario denota alguien o algo “fuera de lo común”, entonces adjetivar a alguien así, es porque tiene cualidades y logros que lo distinguen de la mayoría. Por varias circunstancias, en lo que va de mi existencia he tenido la oportunidad de conocer y vincularme con varios humanos extraordinarios y sabios en varios temas, todos de la tercera edad. Aquí un breve relato de un hombre especial.
Lu Long, un hombre con una vida fascinante
En 2017 viajé a varios países de Asia y Europa, entre ellos Israel; estando en Jerusalén a la noche llegaba de visitar el mar Muerto y me quedé un momento en el lobby del Abraham Hostel, muchos huéspedes miraban con atención a un hombre que dibujaba concentrado en un cuaderno, ese señor era Lu Long (Long apellido que significa dragón) plasmando con habilidad una de las puertas de la ‘Ciudad Vieja’, otros revisaban sus cuadernos de viajes que estaban en una mesa; me acerqué, me presenté y pregunté algo, conversamos e inició una amistad…
¿Quién es Lu Long? Sus padres fueron vietnamitas que debido a los conflictos en Vietnam tuvieron que huir a Camboya, es donde Lu nació (1953.07.04); él creció en un entorno de pobreza que le obligó a emigrar a la edad de 17 años a Francia.
En Francia él lavaba platos, pero, debido a su inteligencia y espíritu de superación no descuidó su educación e ingresó a la universidad (École d'ingénieurs) y con dedicación logró su grado de Ingeniería Eléctrica; también obtuvo la ciudadanía francesa y se casó con una ingeniera francesa con la cual tiene tres hijos -una mujer y dos varones- y varios nietos.
Como profesional Lu se vinculó a proyectos de infraestructuras hidroeléctricas del Banco Mundial en varios países principalmente de África y Asia, por eso es políglota ya que habla vietnamita, camboyano...
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